El inicio de la relación España – Japón

Desde el 2013 y hasta el pasado mes de julio se han celebrado diferentes eventos para conmemorar el año Dual España-Japón, tal y como acordaron los respectivos jefes de Gobierno de estos dos países en Septiembre de 2010. Este remarcado evento ha tenido como objetivo celebrar los 400 años de relación diplomática entre los dos países.

Es difícil pensar que son cuatro los siglos que unen a estas dos naciones que aún hoy parecen, a simple vista, tan lejanas.

Tenemos que señalar que en un principio, y como sucedió prácticamente en todo el proceso de la Colonización, no se trató de una relación bilateral sino de la llegada de españoles a tierras desconocidas que pretendían difundir la fe cristiana a través del castellano, de hecho hoy podemos contar un reducido número de cristianos japoneses.

Fue en 1549 cuando, por primera vez, los españoles llegaron a Japón encontrándose San Francisco Javier en esta primera flota. El jesuíta, quien describía a los japoneses como “la mejor gente hasta agoura descubierta”, fue una pieza clave para establecer una sólida relación entre estas dos culturas tan dispares.

Los misioneros se encontraron con el gran muro del idioma y por ello elaboraron varios diccionarios de latino-japonés, gramáticas especializadas, como la escrita por el dominico Diego Collado o vocabularios como el vocabulario de la lengua japonesa de 1632.

Ni qué decir tiene el amplio despliegue comercial hasta el país del Sol Naciente: pieles de ciervo,plumas, azúcar,vinos de Castilla, aceituna, tabaco, miel…

La relación no comenzó a ser bilateral hasta la llegada de la Embajada Keicho a Coria en 1613. Fue cuando el señor feudal del extenso territorio de Mutsu (al noroeste de Japón) Date Masamune  quien patrocinó el viaje  eligiendo como representantes para su misión al fraile Luis Sotelo, por sus excelentes dotes comerciales  y al Samurai Hasekura, quien debía solicitar predicadores franciscanos y la protección de la Corona española al comercio entre su feudo y Nueva España.

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Soldados japoneses delante de la estatua de Date Masamune en el Castillo de Aoba.1940

El navío japonés llegó hasta Coria del Río no por decisión de los tripulantes, sino por motivos georgráficos, dado que la pendiente del Guadalquivir es escasa y el barco quedó allí parado, siendo así Coria del Río el primer punto de llegada de los japoneses a España. Actualmente podemos encontrar una estatua honorífica a Hasekura Tsunenaga junto al río para conmemorar este hecho. Este samurái hizo todo cuanto estuvo en sus manos para cumplir su misión: se bautizó en 1615 en el Monasterio de las Descalzas Reales con el Duque de Lerma como padrino y tomó el nombre cristiano de Felipe Francisco.

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Carta de Date Masamune al Papa Paulo V

Se presentó ante el Papa Paulo V el 25 de octubre de ese mismo año haciéndole entrega el documento que portaba desde Japón y en el cual se solicitaba el nombramiento de un Arzobispo en aquellas tierras. Hecho por el cual, se le concedió a Hasekura la distinción de “illustrisimus et Excellentiimu Dominus Don Philippum Franciscum Faxicura” por haber llegado a Roma desde tierras tan lejanas.

Sin embargo, al mismo tiempo en Japón se sucedían y aumentaban las persecuciones a los  cristianos, noticias que llegaron hasta  España y Roma y en 1617  se ordenó tanto a Sotelo como a Hasekura que embarcaran hasta Nueva España en donde se les prohibió cargar los navíos de mercancías si lo hacían con fines comerciales. No obedecieron y el barco fue requisado por el Gobernador de Manila y pasó a formar parte de la flota de defensa de las islas.

De Hasekura no se sabe cual fue su final, pero hay fuentes que aseguran que abjuró del cristianismo.  Por su parte, Sotelo volvió a Japón haciéndose pasar por comerciante en 1622 hasta que lo capturaron  y fue apresado y quemado vivo en Omura.

Comenzó así la época en la que Japón cerró sus fronteras, el conocido como período Edo y que no terminaría hasta 1853 y treinta años más tarde, el Emperador Meiji fue nombrado Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro por el Rey D.Alfono XII y en 1893 se creó la que fuera primera Sociedad de Lengua Española dirigida por el Marqués Hachisuka.

Por suerte, podemos ver algunos objetos que dan fe de este primer contacto en el Museo de Coria del Río y ser testigos directos de cómo empezó esta hermosa relación que se retomó con fuerza pasados los siglos y que hoy y hasta julio de este año hemos podido celebrar con multitud de actividades bilaterales congregadas por las dos naciones.

 

En la actualidad Date Masamune sigue viendo un icono y  son numerosos los artículos que se pueden comprar en internet de él, como por ejemplo este:

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Fuentes:

  1.  El legado cultural y humanístico de Javier en Japón
  2. Valencia Japón, Víctor (2007): «De Japón a Roma pasando por Coria. Notas adicionales sobre la embajada a Europa de Date Masamune», en J. M. Suárez Japón (coord.), Japones y Japoneses en las orillas del Guadalquivir, Sevilla: Fundación El Monte, pp. 133-193.
  3. DateMasamuneToPope

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