Hoy no podría no hablar de literatura. El 23 de abril es sin duda uno de esos días en los que te aseguras que en cada informativo habrá por lo menos una buena noticia y es esta: la gente lee, todos somos de un modo u otro literatura.
Para conmemorarlo, me gustaría compartíos este fragmento de uno de los últimos libros que he leído, El efecto del aleteo de una mariposa en Japón. Se trata de la carta de un soldado kamikaze a su madre. Una muestra evidente de lo que la literatura hace de nosotros y cómo la necesitamos. Nos completa.
«Querida madre:
te alegrará saber que mientras espero para morir he estado leyendo de nuevo poesía y novelas. Viejos libros de Soseki y Kawabata, así como los que tú me mandaste de tus queridas amigas escritoras:Palabras como el viento, de Enchi Fumiko-san, y los poemas de Yosanosan en Cabellos enredados.
Leer a estas escritoras me hace sentir más cerca de ti. ¿Tuviste también tú un pasado intenso,querida madre?Si así fue, te aplaudo, y no te preguntaré más, pues sé que es impropio de un hijo tomarle así el pelo a una madre.
Descubro que la literatura me atrae ahora más que antes; no tanto las obras individuales como la idea de literatura, el esfuerzo heroico y la nobleza del ser humano de construir belleza con nuestras mentes. Es un pensamiento que me conmueve hasta las lágrimas y me las tengo que secar, de prisa, antes de que nadie se dé cuenta. Estas lágrimas no son apropiadas en un Yamato danshi.
Hoy, durante un vuelo de prueba, me he acordado del maravilloso cuento de Miyazawa Kenji sobre las guerras de los cuervos. La gente lo considera un cuento para niños, pero es mucho más que eso…»
Como tampoco podría ser de otro modo, celebro también el auge que la literatura japonesa está teniendo en nuestros días gracias a los que se atrevieron, hace ya décadas, a llegar hasta Japón, conocerlo y transmitírnoslo. Desde luego gracias a ellos se está solventando esa gran laguna literaria que hay en nuestra cultura con respecto a Japón, al que aún hoy por desgracia la mayoría de la sociedad lo tiene encorsetado en robots, sushi y manga. No se conoce a un pueblo hasta que no se conoce su literatura, porque en ella está su filosofía, su tradición y su modo de vida. Por lo tanto, leamos Japón si queremos hablar con conciencia de él.
En España tenemos la suerte de contar con personas que han consagrado su vida a esta ardua tarea de acercar una civilización hasta otra y lo hicieron cuando los tiempos no eran como son, sino de manera muy distinta.
Me refiero a personas como el ilustre profesor Fernando Rodríguez Izquierdo y Gavala (Sevilla 1937),graduado en Lengua y Cultura Japonesas por la Universidad de Sophia de Tokyo en 1965 y profesor titular de Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla. Se trata de uno de los más reputados traductores de haiku y de literatura japonesa en español. EN 1996 recibió el Premio Internacional NOMA de Traducción del Japonés al Español por su traducción de El rostro ajeno, de Kobo Abe, y en 2006 el Gobierno Japonés le otorgó la Orden del Sol Naciente por su labor de difusión de la cultura japonesa. Es autor del libro El haiku japonés (Hiperión) y numerosas traducciones de poesía y literatura japonesas. Como poeta ha escrito las obras Una silla de astros (1989), Un haiku en el arco iris (2007) y A zaga de tu huella (2011)
No menos importante es Carlos Rubio. Doctor en Lingüística por la Universidad de California, fue profesor visitante de la Universidad de Tokio y actualmente enseña literatura japonesa en el CES «Felipe II» de Aranjuez , colaborador en eventos organizados por la Japan Foundation, Casa Asia o la Cámara de Comercio Hispanojaponesa.
A él le debemos las obras Claves y textos de la literatura japonesa, El Japón de Murakami o Los mitos de Japón.
Además, en los últimos años se ha expandido el amor por Japón,muestra de ello son los numerosos eventos que celebran su cultura en nuestro país, los másteres y grados en las universidades y la demanda de estudios de japonés que hay en nuestra población.
Bien podría ser,como señala Carlos Rubio, que aquel primer contacto que tuvieron japoneses y españoles perdure hoy con el mismo fervor por la mutua admiración entre las dos culturas.
La imagen exótica y de extrañeza así como la unión y el agradecimiento que el japonés siente por la naturaleza gracias al sintoísmo, son una de las claves que mantienen enamorado a Occidente. La imagen exótica,la del guerrero luchador , la honra y la responsabilidad del japonés,no consigo mismo, sino con su sociedad son puntos sobre los que se construye esta literatura que es cada vez más demandada.
Editoriales como Alfaguara, Siruela, Acantilado, Hiperión, Impedimenta, Atalanta, Alfabia o Ático afirman que apostar por la literatura japonesa es apostar por el éxito, y así lo defienden sus cifras de ventas.
Por supuesto, especial mención merecen Chidori Books, editorial digital que trabaja solo literatura japonesa, ya sea de autores españoles o japoneses y Satori, quienes llevan ya siete años ampliando su catálogo de libros de literatura únicamente japonesa.
Ya no solo encontramos a Soseki, al Nobel de Literatura Kawabata, Mishima o Tanizaki, tampoco nos conformamos con Murakami. Ahora el lector ha probado la literatura de Japón y quiere más. Los traductores están haciendo un magnífico trabajo poniendo gran cantidad de obras a servicio del lector. Obras de Kyoichi Katayama, Hiromi Kawakami, Tamiki Hara,Ogai Mori,Izumi Kyoka, Shimazaki Toson.
Literatura humana, fascinante y que no deja de descubrirnos cada una de las partes que constituyen esa nación que salió de una Guerra Mundial y en muy poco tiempo se convirtió en potencia, en modelo de ejemplo. Una sociedad tan compleja y rica que es pionera en avances tecnológicos y celebra rituales ancestrales como si los siglos nunca hubieran pasado. Por fin la distancia que se sentía con respecto a lo japonés se va acortando y se siente cada vez más cercano. Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.
Pero y tú ¿has leído Japón?
María quiero felicitarte por este artículo. Me ha gustado especialmente la reflexión acerca de lo necesario de la literatura en nuestras vidas. La cita que has elegido me parece delicada y sutil, un pensamiento refinado. Espero pronto poder conseguir tan hermoso libro.
gracias por añadir belleza a la vida
ángela