¡Feliz Hinamatsuri! es decir, ¡feliz día del niña!, o ¡feliz festival de las muñecas!
En Japón el 3 de marzo está dedicado a las niñas, se visten con kimonos, cantan canciones, comen cosas especiales y lo más importante, hacen una especie de altar con muñecas.
¿En qué consiste?
En las casas japonesas en las que hay al menos una niña se coloca una especie de altar con muñecas heredades de generación en generación , así que podéis imaginar el valor económico y sentimental que alcanzan. Actualmente también hay muñecas más baratas, incluso de Hello Kitty y de Disney. Es más, en la ciudad de Saitama hay más de 50 tiendas de estas muñecas.
Estos altares llegan a tener hasta 7 escalones en los que los personajes que lo forman deben colocarse estratégicamente, pues cada uno tiene su significado:
1.- La familia imperial
2.- La pareja: el marido y la esposa
3.- Cortesanas
4.- Músicos
La flor del melocotón también se usa para su decoración, y por este motivo se asocia esta celebración con la llegada de la primavera.
El festival tiene incluso canción tradicional.
La celebración, que va desde lo gastronómico hasta lo decorativo. puede comenzar incluso diez días antes del 3 de marzo, pero ha de retirarse inmediatamente al finalizar este, no debe dejarse más tiempo.
¿Por qué se hace?
Con este ritual se consigue alejar los malos espíritus y atraer a la buena suerte para que la niña se case a una edad temprana y no tenga que esperar largo tiempo hasta su matrimonio. Si se retira el altar pasado el día 3 se considera que traerá la mala suerte y que la niña podría quedar soltera para siempre.
Gastronomía.
La comida típica de esta festividad es:
-Hinaarare (bolitas de arroz de colores) para proteger a las niñas de enfermedades y mala suerte.
-Shirozake (Sake especial con un toque dulce) para purificar el cuerpo.
-Caldo de almejas
-Sushi
Historia
Se trata de una tradición japonesa heredada de China en la que aprovechando el florecimiento de los melocotoneros se usaban sus flores para alejar a los malos espíritus, por eso se usa para decorar los altares.
Antiguamente se pensaba que las muñecas podían esconder los malos espíritus en sus cuerpos y evitando así que amenazaran a sus dueños. Por ello, durante el período Heian las muñecas de papel se colocaban en un barco río abajo para alejar a los malos espíritus. El origen de su decoración está en el arte palaciego de Kioto, pero la costumbre se popularizó durante el siglo XVIII hasta extenderse por todo el país tal y como la conocemos hoy.