Ver el nuevo anuncio de coca cola me ha hecho recordar unos de los cuentos más populares de Japón, un precioso cuento acerca de un hijo y sus padres adoptivos, Momotaro.
« En una pequeña aldea japonesa vivía un matrimonio de ancianos que aunque se querían mucho, no tuvieron la suerte de concebir un hijo a lo largo de su vidas.Un día, la anciana estaba lavando en el río cuando vio que por él bajaba en melocotón gigante.
Era un melocotón muy rosado y parecía estar muy bueno. La anciana avisó a su marido para que le ayudara a transportar el melocotón hasta casa. Cuando llegaron abrieron el melocotón, encontrando en su interior lo que cambió sus vidas. En él había un niño pequeño, sano y muy fuerte.
Los ancianos, felices con este suceso lo adoptaron, lo criaron y educaron y le brindaron todo su amor.
En muy poco tiempo Momotaro se ganó el corazón y la amistad de todos los aldeanos.
Un día, la paz de la aldea se vio interrumpida con la visita d los demonios, los oni, quienes secuestraron a algunos vecinos y robaron sus riquezas.
Momotaro decidió salvarlos, por ello se lo comunicó a sus padres. En un principio, sus ancianos padres se mostraron preocupados por si no volvían a verlo nuca, pero lo apoyaron de corazón. Creían en su valentía, su foratleza y sobre todo en el amor que había en su acción.
Así pues, la anciana decidió prepararle comida para el viaje, comida hecha con todo el amor de una madre.
Momotaro emprendió su viaje y cuando apenas llevaba unos kilómetros se encontró con un mono.
-Mmm ¡Qué bien huele! ¿Qué llevas ahí en tu zurrón?¿me puedes dar uno?
-Claro, son las mejores tortas del Japón, las ha cocinado mi mamá-dijo Momotaro.
-En agradecimiento te acompañaré en tu viaje.-Respondió el perro.
-Pero voy a la isla de los Oni, es muy peligroso.
-No importa, aun así te acompañaré.-Contestó el mono.
Más tarde se encontraron con un perro.
-Mmm ¡Qué bien huele! Quisiera probar lo que llevas ahí.
-Por supuesto.- contestó Momotaro.
-¿Puedo acompañaros en el viaje?
– Claro, pero es peligroso.- Le advirtió Momotaro.
-No importa, quiero agradecerte el manjar que he probado.
Cuando caminaron juntos unos diez minutos se dieron cuenta de que una grulla los sobrevolaba.
-Desde aquí huele muy bien ¿Qué llevas en ese zurrón, niño?.- Preguntó la grulla.
-Son pastelitos, cómete uno.-Dijo Momotaro.
-Es el mejor pastel que he comido en todo Japón. Os acompañaré.
De este modo, Momotaro, que emprendió en soledad un peligroso viaje, se vio acompañado de tres nuevos amigos y se sentía más fuerte que nunca.
Continuaron el viaje hasta que llegaron al mar y encontraron la primera dificultad, pero entre los cuatro consiguieron un barco para cruzar hasta la isla de los Oni. Allí, los cuatro amigos se enfrentaron valerosamente a los Oni, derrotándolos y consiguiendo liberar a sus amigos aldeanos y recuperando todas las riquezas robadas.
Momotaro, regresó a casa triunfante, salió solo y volvió acompañado de muchos más amigos de los que creía tener. Se hizo más fuerte y valiente gracias al esfuerzo de este viaje, una decisión que nunca hubiera llevado a cabo sin el apoyo de sus padres, quienes confiaron en su bondad y su responsabilidad desde un principio. Por eso, Momotaro los cuidó y los colmó de lujo y comodidades hasta el fin de sus días, como agradecimiento por cada bol de arroz y cada gesto de cariño que le brindaron durante su niñez.»
Este cuento es uno de los más populares de Japón, de hecho os dejo aquí una parodia que Shinchan hace de él y si os ha gustado no dudéis en compartirlo ^^